Hay Guardianas Estelares que solemne y respetuosamente se aferran a su deber de defender el cosmos... y también está Jinx. Cuando la Estrella Prima la infundió con el poder de la Luz Estelar, la cínica adolescente se rebeló y se rehusó a tratar sus poderes como algo más que un juguete para servir a sus propios intereses. Todavía hoy este egoísmo provoca roces con sus compañeras, quienes no pueden entender por qué un alma tan explosiva fue elegida para servir a la orden. Si bien Jinx se burla de proteger a un mundo del cual desconfía, cree en su amiga de la infancia, Lux, y si alguien pudiera ver dentro de las profundidades del corazón de Jinx, vería una necesidad furiosa y ardiente de mantener a sus seres queridos fuera de peligro, sin importar el precio.